A pesar de los llamativos cambios introducidos por Microsoft en Windows 8, el interés por la nueva plataforma es inferior al que hubo por Windows 7. Así se desprende del número de instalaciones detectadas hasta el momento que son apenas 33 por cada 10.000 equipos con Windows.
En menos de dos semanas será lanzado al mercado la versión comercial y definitiva de Windows 8. Se trata de la gran apuesta de Microsoft para renovar su sistema operativo y para adentrarse en un mercado inexplorado por la compañía hasta el momento como es el de las tabletas. Desde hace un año ha ido mostrando al público los detalles que caracterizarán a su nueva plataforma y ha lanzado Windows 7 en detrimento del criticado Vista, situación que parece difícil que se pueda repetir en esta ocasión. A la estabilidad que presenta Windows 7, que lleva a adormecer el interés por cambiar de sistema operativo, hay que unir las críticas de muchos s y especialistas hacia Windows 8 y su nueva interfaz Metro, lo que hace más comprensible la poca expectación a estas alturas.
De hecho, recientemente nos hicimos eco de otro dato que confirma la poca capacidad de convencer a los s habituales de Windows del nuevo sistema. Y es que la mitad de los s que lo han probado iten su preferencia por Windows 7. En solo unos días vemos si los temores de un estreno sin apenas interés por parte de los s se cumple o si a última hora éstos se decantan por dar una oportunidad a Windows 8.