Cuidar al cliente y ofrecer precios accesibles, la alternativa a la censura para evitar la piratería

Continuamos proponiendo alternativas a la censura introducida por medidas legislativas como la Ley Sinde para combatir la llamada piratería. Mientras desde el Gobierno se propone cerrar webs para ello, el primer paso tiene que darlo la industria cultural y del entretenimiento ofreciendo un modelo de negocio y unos precios más ajustados a la realidad.
En pleno debate como BitTorrent o eMule.
En cuanto a los servicios de vídeo bajo demanda, poco a poco empiezan a despegar pero no están ni mucho menos consolidados en nuestro país. La esperanza de muchos es la llegada de servicios como Netflix, que triunfan en Estados Unidos o Canadá y que permiten por una reducida cuota mensual acceder a películas y series en streaming.
Otra de las alternativas a las que nos referimos en el cuidar por parte de la propia empresa a sus clientes. En este sentido nos encontramos con la desarrolladora de videojuegos hispano italiana FX Interactive. Su propuesta pasa por ofrecer videojuegos de calidad a un precio razonable (con precios accesibles a todos los bolsillos) que no «espantan» a los compradores.
Además, refuerza esta oferta económica y que se agradece mucho en estos tiempos de crisis con otras medidas de fidelización de clientes de las que apenas empresas pueden presumir. Recientemente conocimos el ejemplo de un que agradecía a la compañía su esfuerzo, dado que la compañía se había «molestado» en regalarle una serie de videojuegos por haber adquirido previamente otros títulos del mismo género también de FX Interactive.
Sin embargo, los gigantes de los videojuegos parecen no necesitar este tipo de alternativas para satisfacer a sus clientes, por lo que queda patente tanto que es más sencillo criminalizar a los «s piratas» y que realmente no necesitan recurrir a estas acciones puesto que su negocio realmente funciona y genera ingresos. Los datos están claros y los beneficios que genera tanto esta industria como la musical y del cine son millonarios. Otro camino a la criminalización del se ha vuelto a demostrar que es posible.