El debate de la propiedad intelectual acerca de los enlaces sufre una vuelta de tuerca. Algunos de los principales periódicos irlandeses han propuesto recibir una remuneración por cada enlace a sus contenidos que se dé en la web, una medida que no ha tardado en generar polémica.
El sector de la prensa sigue en su búsqueda del camino para hacer más rentables sus contenidos en Internet. Hace unos meses os hablábamos la presión que habían comenzado a ejercer estas empresas para que Google aceptase pagar por enlazar a sus publicaciones e incluso en publicaciones que toman algunas de sus citas. La justificación a su proposición pasa por considerar que el buscador hace un negocio con sus contenidos y ellos no debido a que «la gente tiende a no enlaces en el buscador, cuyo importe mínimo en la cantidad que pretenden cobrar es de 300 euros por link.
No obstante, los periódicos irlandeses no son los únicos que sostienen una postura en esta línea . Hace un mes los editores españoles reclamaron una compensación por copia privada a la hora de citar sus contenidos, amparándose en que son creaciones a la altura de la música, el cine o la televisión. En concreto hicieron referencia al resumen que Google y otros buscadores o agregadores de noticias hacen en sus webs y por el que consideran que deberían pagar .
Esta posición defiende que estos resúmenes, denominados «snippet», ofrecen tal cantidad de información (imágenes, resumen, microdatos, etc.) que en múltiples casos los s optan por no pulsar en el enlace. Por su parte, desde la opinión contraria se mantiene que esto forma parte de la propia naturaleza de Internet, y que enlazar, compartir, comentar y las múltiples posibilidades que se abren en la Red son «el triunfo de la democratización del derecho a la información nacido con el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos«.
Por ahora parece complicado que la prensa consiga lo que pretende. En el citado derecho a la información se ampara la cita, la copia privada, la parodia o la reutilización de partes del contenido y es tanto la legislación europea como la española quienes lo reconocen así. ¿Conseguirá la prensa algo positivo en esta guerra en la que ha decidido adentrarse?