La necesidad de vivir en una sociedad más sostenible es una urgencia innegable y todos los pequeños gestos ayudan. Con las telecomunicaciones cada vez con mayor consumo, es imperativo conseguir una comunicación más sostenible sin perder rendimiento y esos son precisamente los dos pilares sobre los que se sustenta el nuevo 5G+ de Orange.
Orange se ha convertido en un operador pionero en nuestro país en ofrecer el conocido como 5G Stand Alone, que han bautizado comercialmente como
Las ventajas más notables de esta nueva tecnología están relacionadas con el rendimiento. Supone un incremento en prestaciones en cuanto a un incremento de velocidad, ahorro de energía, seguridad, posibilidad de conectar más dispositivos y reducción de la latencia. Sin embargo, la mayor ventaja de cara a futuro es algo más invisible, pero muy importante: el 5G consume un 90% menos de energía, por lo que es más sostenible.
Una red 5G de extremo a extremo
Este El “5G real” usa núcleos propios de la quinta generación móvil, mientras que el 5G NSA (non Stand Alone) opera con un núcleo 4G LTE, por lo que es entendida más como un trampolín para los operadores que, al comienzo del despliegue 5G, no están preparados para hacer una gran inversión al hacer la transición de las redes 4G LTE heredadas a las 5G. El 5G SA, como el 5G+ de Orange, es una red 5G de extremo a extremo con un núcleo 5G de red de por radio (RAN, por sus siglas en inglés) y NR.
Los operadores configuraron las redes 5G NSA como base mientras se desarrollaban las redes SA. A medida que se implementan las redes SA como el 5G+, los operadores pueden reemplazar los elementos de red 4G obsoletos con infraestructura 5G para istrar sus redes 5G existentes y es en este punto en el que Orange ha sido la primera compañía en España en invertir para hacerlo posible.
Además, el uso del servicio 5G+ no supone ningún incremento de precio para el cliente y para disfrutar de sus ventajas solo necesitas contar con un terminal compatible. Además, también supone un descenso del consumo a nivel de , ya que sus smartphones serán más eficientes y gastarán menos batería debido a la menor señalización necesaria y al despliegue de funcionalidades de red que también favorecen una mejor eficiencia energética.
Mayor uso de la red, menor consumo
Están creciendo las necesidades de comunicación a pasos agigantados. El crecimiento del tráfico móvil en las redes se mantiene a un ritmo anual de entre 40-50%. De esta forma, de cara a 2023, podemos esperar que se multiplique por un número situado en una horquilla de entre 30 y 60 veces. Con estas previsiones, es clave conseguir estabilizar el consumo de energía en las infraestructuras de las redes móviles.
La tecnología 5G puede aportar soluciones eficaces y más sostenibles a esta problemática de consumo y el planeta lo podría agradecer. Por cada Gigabyte de tráfico de datos, el 5G tiene el potencial de reducir el consumo de energía de la red (en comparación con el 4G) hasta 2 veces en el momento del lanzamiento, hasta 10 veces para 2025-2030 y hasta 20 veces menos consumo energético por GB para 2030-2035, según estudios internos realizados por Orange Labs Research.
La compartición de infraestructuras permite la explotación de redes incluso en zonas de alto tráfico y así la duplicación de determinados equipos y, por ende, una reducción del consumo de energía. Las ganancias en eficiencia energética dependen de la geografía de los países y si se comparten emplazamientos cuyo fin es dotar de cobertura a una zona (mayor ganancia) o reforzar la capacidad (menor ganancia). En un ejemplo de una compartición del 60% en emplazamientos de cobertura y 40% en capacidad, se estima que el factor de ahorro energético es del 30% tras el reparto total de la red de .