Cuando contratamos Internet con una operadora, lo más normal es que nos ofrezcan un router. Prácticamente, todos los grandes operadores de España tienen un router propio. Algunos como Movistar cuentan con el Smart WiFi para todas sus conexiones de fibra, mientras que Orange cuenta con los Livebox, incluyendo el más reciente Livebox 6 con WiFi 6 que ofrecen en todas las nuevas instalaciones. Con el ADSL era posible utilizar routers de un operador previo con tu nuevo operador, sin embargo, eso ha cambiado. Por desgracia, la mayoría de compañías nos piden que devolvamos este aparato en cuanto nos damos de baja. Pero hay otras razones por las que no puedes usar un router de otra empresa de telecomunicaciones. En este artículo te contamos por qué no son compatibles.
Con el paso de los años, el router ha dejado de ser una herramienta sencilla y genérica para convertirse en un producto altamente sofisticado y específico. Gracias a este dispositivo, podemos enchufar fibra óptica y televisión. En algunas ocasiones, el router que nos ofrece nuestra operadora no es suficiente y recurrimos a otros routers que tenemos por casa o que compramos para ampliar o mejorar la señal. No obstante, usar un modelo de Movistar siendo de Orange, por ejemplo, no es una opción.
Cuando se comercializaba en todo el país con ADSL, cambiar de router era una tarea muy fácil. Podíamos conseguir mejorar la calidad de la señal, incluyendo un aparato que mejorara las prestaciones de conexión WiFi. Con la aparición de la fibra óptica, la opción de poder intercambiar el router entre otras empresas de telecomunicación ha desaparecido por completo, donde los Smart WiFi de Movistar en webs de segunda mano por unos 15 euros. Por ese precio, puedes tener un potentísimo repetidor WiFi en tu casa. Eso sí, requiere un poco de configuración previa, con pasos clave como cambiar la IP interna de ese router a 192.168.1.2, o desactivar el DH.
Factores a tener en cuenta
Si decides por alguna razón tienes el router de otra operadora y quieres sacarle partido, hay casos en los que sí que podrían ser compatibles. Lo primero en lo que tienes que fijarte es que coincidan en los estándares de conexión (ADSL, VDSL, fibra óptica o cable). También debes prestar atención a si requieren de configuraciones específicas, como VLAN ID, PPPoE o DH.
Si el router fue provisto por otro operador, es posible que la red actual que usas esté bloqueada. En ese caso, puede que necesites ar con la empresa contratada o que no le puedas sacar partido. En algunos casos, necesitarás configurar ciertos servicios manualmente.
Teniendo en cuenta que la mayoría de compañías proporcionan su propio router al contratar sus tarifas de Internet, no tiene mucho sentido que recurras al de otra empresa. Por lo tanto, para evitar problemas de compatibilidades, lo mejor es que te quedes con el que ya te dan. Si te interesa mejorar las prestaciones, siempre puedes adquirir otro que realmente sea compatible y no te dé ningún quebradero de cabeza.
Mejor opción: un router diferente
Por el contrario, lo que sí puedes hacer es sustituir el router de la compañía por otro que te ofrezca mejores resultados. Solo deberás conocer el ONT para sincronizarlo y realizar las configuraciones que se adapten a tus necesidades.
Ten en cuenta que si el router nuevo no dispone de una conexión de fibra óptica, deberás comprar una ONT que sí la tenga para poder conectarte a la línea del operador. Investiga y lee atentamente las especificaciones del nuevo router para tener claras sus características y qué puede ofrecerte en comparación con el router que te instaló el técnico de la operadora.
El mayor inconveniente de esto es que no todos los operadores facilitan los datos de conexión para que los clientes puedan instalar el router que quieran como principal en sus hogares. Por lo que, antes de gastarte el dinero, ponte en o con el operador y solicita esa información. Y es que no todas las operadoras dan su brazo a torcer en este aspecto en concreto.