Duro mazazo para Apple y Meta. El resultado de varias investigaciones acerca del dominio de ambas compañías en Europa ha concluido con dos sanciones multimillonarias para estas plataformas. Por un lado, Apple tendrá que pagar 500 millones por obstaculizar el trato entre desarrolladores y s, y por otro, la firma de Zuckerberg pasará por caja con 200 millones de multa por dejar a los s sin opciones a la hora de utilizar sus datos.
Pese a que Apple permitió la entrada de tiendas de aplicaciones independientes en 2024 (la conocida AltStore), la Comisión Europa no cree que estos cambios hayan sido suficientes para democratizar lo suficiente el ecosistema Apple.
Desde la UE consideran que la compañía dirigida por Tim Cook no se lo ha puesto nada fácil a los desarrolladores para entrar en o con los s. La firma de la manzana quiere sacar rédito siempre que sea posible, y no llega a cumplir como es debido con la ley de mercados digitales (DMA) aprobada en 2022. Son 500 millones los que les costará a Apple poner la zancadilla a los desarrolladores de apps.
Meta tampoco ha ocultado su malestar. La empresa matriz de Facebook e Instagram criticó duramente la decisión de la UE, acusándola de tratar de frenar a las compañías estadounidenses de éxito mientras se permite operar con otros estándares a empresas europeas y chinas. «No se trata solo de una multa. Nos están obligando a cambiar de modelo de negocio y a ofrecer un servicio inferior», señalaron en un comunicado.
Paga o calla
En el caso de Apple, desde la Comisión han sido especialmente críticos con las condiciones impuestas a los desarrolladores que quieran distribuir sus apps fuera de la App Store. Según la Comisión, estas condiciones desincentivan claramente el uso de tiendas alternativas y obligan a aceptar nuevas tarifas, como la polémica «Core Technology Fee».
Meta, por su parte, está discutiendo con la UE una versión alternativa del modelo «consiente o paga», que introdujo en noviembre de 2023. Según este sistema, los s de Facebook e Instagram pueden elegir entre dar permiso para que se rastreen sus datos (a cambio de un servicio gratuito financiado por publicidad) o pagar una suscripción para evitar los anuncios. Para Bruselas, esta fórmula no ofrece una alternativa real y vulnera la Ley de Mercados Digitales.
La tensión entre Bruselas y Silicon Valley no es nueva, pero estas sanciones podrían avivar aún más el conflicto. Desde EE UU, el presidente Donald Trump ya ha amenazado con imponer aranceles a los países que penalicen a empresas estadounidenses, en lo que podría convertirse en un nuevo frente de fricción transatlántica.