Viajar en coche usando el móvil como GPS es lo más normal del mundo. Pero tan normal como hacerlo es que el dispositivo acabe calentándose más de la cuenta. ¿Y qué puedes hacer en ese momento? Lo cierto es que hay muchas opciones, pero la que te vamos a comentar en este caso posiblemente nunca se te haya pasado por la cabeza.
Cuando estás conduciendo y tienes el móvil al lado sirviendo de guía, es normal que la temperatura que alcanza el dispositivo sea elevada. La luz del sol pegando directamente sobre el terminal, tener varias aplicaciones abiertas al mismo tiempo o el uso del GPS con Google Maps o
Tal y como él dice, esta misma idea se puede replicar de forma un poco más eficiente, aunque mantengas la filosofía del truco rústico. Por ejemplo, pon hielo cubierto por una toalla pequeña para que esta absorba la condensación del agua y luego coloca el móvil encima. Será igual de práctico y podrás mantener el móvil enfriado sin tener que complicarte tanto. Eso sí, recuerda que el frío extremo tampoco es bueno para tu dispositivo, así que no te emociones y lo termines congelando. Pero como plan loco en una situación en la que no tengas otra opción… ¡puede ser interesante! Eso sí, recuerda ser cuidadoso.