Starlink, el Internet por satélite de SpaceX, se acerca cada vez más a su fase comercial final. La compañía va a ir nutriendo la red de nuevos satélites con cada lanzamiento que hacen prácticamente cada mes, y donde ya cuentan con casi 900 satélites. Ahora, tras llevar cientos de s probando el servicio en fase alpha (empleados de SpaceX y conocidos de los mismos), se ha filtrado el precio final que tendrá el servicio, y no será nada barato.
Desde hace unas horas, SpaceX ha pasado a ofrecer el servicio en fase beta a más s, los cuales ya tendrán que pagar por el equipamiento y el servicio. Llamada «Better Than Nothing Beta«, esta fase obligará a los s a pagar 99 dólares al mes por el servicio, y un coste de alta inicial de 499 dólares.
Beta de Starlink ya disponible, pero con un coste prohibitivo
Este precio de 499 dólares incluye el Starlink Kit, que cuenta con la terminal con la antena autorientable que se conecta a los satélites, así como un router WiFi para tener conexión dentro del hogar. A su vez, hoy también han lanzado la aplicación de Starlink en la red de Starlink se estima que será de unos 10.000 millones de dólares, pero la compañía estima que cuando esté plenamente operativo y con cobertura en las zonas más habitadas del mundo, pueden llegar a ingresar hasta 30.000 millones anuales, siendo eso 10 veces más que todos los ingresos de su negocio de cohetes.
Starlink revolucionará el Internet rural en todo el mundo, pudiendo navegar por Internet desde cualquier parte. Eso sí, el coste inicial parece que va a ser muy elevado, y es de esperar que de cara al futuro el precio baje ligeramente. Hace unos meses también se filtró que iba a haber distintos rangos de precio para el servicio, cada uno con una velocidad y un tráfico limitados. De momento en la beta lanzada esta semana no se especifica que vaya a haber límites de velocidad o de tráfico, ya que la red soportará de sobra el uso de unos pocos miles de s.
La red será una nueva forma también de interconectar el mundo, donde la latencia entre zonas muy distantes del planeta ser reducirá incluso a la mitad, como la que hay entre Reino Unido y Australia, ya que actualmente el camino que sigue por tierra y por vía submarina una conexión entre ambos es muy largo. Por ello, SpaceX ya trabaja con Microsoft y Amazon para crear centros de datos incluso en zonas remotas y que se adapten a los s de países en vías de desarrollo.