Encontrar vida en otros planetas es, a día de hoy, uno de los grandes objetivos de la ciencia. Comienza a ser una misión tan desesperada como llegar a colonizar otros mundos. Por ello, los científicos no dejan de buscar opciones alternativas que les permitan acercarse a cumplir su misión. Un nuevo estudio habla de otra forma de plantear este reto.
Publicado desde Japón por Harrison B. Smith y Lana Sinapayen, este estudio plantea una vuelta de tuerca distinta a las que se había explorado con anterioridad. Porque está claro que el reto es complicado y que es necesario aportar diferentes enfoques que permitan alcanzar un objetivo de esta magnitud.
Una nueva idea
Ahora mismo, lo que están haciendo la mayoría de investigadores y astrónomos es analizar exoplanetas de una manera constante y, en cierto modo, a contrarreloj. Pero lo que hacen es buscar parámetros, componentes de la atmósfera y otros elementos que encajen con lo que entendemos por formación o presencia de vida en la Tierra. Si bien es una buena base, puesto que la conocemos a la perfección y sabemos cuáles son los distintos parámetros que se tienen que cumplir, es lógico pensar que no se trata de la única opción.
Al mismo tiempo, consideran que hay otros factores en los que se deben fijar los científicos y no solo buscar biolecturas que puedan confirmar vida. Hablan de cómo, en cualquier caso, esas lecturas pueden acabar siendo falsos positivos o no proporcionar nada claro. Para ellos es más interesante ver planetas que están alrededor de estrellas específicas y que cuentan con una serie de características concretas. Su estudio apuesta por ese enfoque distinto que mencionan y que no da tanto valor a los químicos o a los tipos de atmósfera.
La agrupación de planetas, sus características y otros factores relacionados con su condición que apoyen la teoría de la terraformación y la panspermia les resultan una forma interesante y alternativa de ver la búsqueda de vida. Eso sí, reconocen que hay retos que tienen que superar, como la búsqueda de métodos que les ayudan a entender mejor los procesos planetarios y astrofísicos que entrarían en juego a la hora de hacer los cálculos necesarios. No obstante, su trabajo es prometedor y resulta un buen punto de apoyo sobre el cual seguir profundizando en el futuro.