Más allá del 100% eléctrico, el coche híbrido se está llevando buena y gran parte de atención para todos esos s y conductores que están buscando renovar su vehículo. Siendo un paso intermedio entre el puramente electrificado y los de combustión, este tipo de coches tienen muchas ganancias, entre ellas las que tienen que ver con el ahorro. De hecho, y portando las etiquetas medioambientales más favorecedoras, esta clase y sus varias categorías premiarán tu recorrido.
El coche híbrido y el gran favor medioambiental y económico
La década de los años ochenta y los primeros años de los noventa fueron muy importantes desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental. Centrándose en el segmento del automóvil, en algunas geografías se aprobaron diversas leyes anticontaminación con el objetivo principal de reducir el impacto, tanto en los ecosistemas como en la propia salud de las personas, de los combustibles fósiles en los motores diésel y gasolina.
En este sentido, en 1988 vio la luz la Normativa EURO, que obligaba a reducir las emisiones de gases a la atmósfera mediante, por ejemplo, el uso de catalizadores, el aumento del número de marchas en las cajas de cambio o a través de la eliminación del plomo en la gasolina. De este modo, los motores de los automóviles trabajan menos, reducen su consumo y, con ello, sus niveles de contaminación.
Eso hizo, en este sentido, que se iniciase una profunda transformación volcándose en la investigación de nuevos vehículos cada vez más sostenibles y respetuosos con el entorno. Entonces, ya aparecieron los primeros ‘bocetos’ de coches eléctricos… pero de los que fue el coche híbrido el gran avance del momento. Lo vimos, por ejemplo, con el primer Toyota Prius, el primero de esta categoría que se fabricó en serie para todo el mundo. Y sus resultados no pudieron ser mejores; tanto, que más de 20 años después se siguió apostando por él, pero sobre su misma base. ¿El motivo? Su gran ahorro económico, entre varios otros beneficios.
Su ahorro en combustible, la gran atención
El primer interrogante surgió con el motor diésel frente al gasolina. Realmente, ¿cuál era más rentable? Pero ahora, hay más opciones en juego aunque la pregunta sigue siendo la misma, ¿lo notaré en el bolsillo? La llegada de los híbridos y su expansión en el mercado ha abierto nuevos frentes y las dudas se hacen mayores. ¿Tener un híbrido marca la diferencia en nuestro bolsillo, respecto a un vehículo convencional? La verdad es que sí.
Al mismo tiempo, y según la consultora Audatex, en su informe relativo al ‘Vehículo y ahorro según motorización’, el mantenimiento de un coche híbrido puede ser la última decisión por la que decantarnos por ellos. Lo más habitual es que las revisiones de mantenimiento se produzcan entre los 15.000 y los 30.000 km y el coste medio, según los modelos, puede ser de unos 150 euros por año. Así, el coste de mantenimiento a 10 años de un vehículo híbrido puede ser hasta un 80% más barato con respecto a un gasolina y hasta un 90% más barato con respecto a un diésel.
Esto es, en su caso, por la sencillez en la tecnología y la no presencia de otros elementos técnicos y mecánicos que tienen los convencionales. Así, ello es lo que hace que sea considerablemente menor, ya que los automóviles con este tipo de tecnología prescinden de ciertos elementos expuestos a mucho desgaste y, por tanto, a contar con más probabilidades de sufrir averías.