A pesar de los diferentes servicios y plataformas legales de vídeos on-line vía streaming que se han venido lanzando en los últimos tiempos, la mayoría de ellos con una buena cantidad de contenidos y con unos precios bastante ajustados, la piratería de ficheros sujetos a derechos de autor en todo el mundo sigue teniendo un buen número de s.
Hace ya más de década que este tipo de actos comenzaron a extenderse de manera masiva, comenzando por compartir todo tipo de contenidos a través de las populares redes P2P y más tarde llegó el exitoso sistema de las descargas directas que ofreció Kim Dotcom con su plataforma Mega, cierre que años después aún sigue en boca de todos. Sin embargo, a pesar de todo ello, parece ser que, con el paso de los años, las tendencias de los s que habitualmente hacen uso de alguno de los diferentes sistemas de pirateo de archivos, están cambiando sus hábitos en términos generales.
A pesar de que diversos informes apuntan a que el consumo de productos pirateados a través de Internet ha estado disminuyendo estos últimos tiempos, eso es algo todavía bastante discutible, por el contrario, de lo que no cabe duda es de que el uso de entornos de escritorio para este tipo de prácticas sí que está en clara decadencia. Y es que el habitual uso de los navegadores de escritorio para descargar ficheros pirata está bajando de manera ostensible en los últimos meses dando paso al mercado de la movilidad, como no podía ser de otro modo.
Hay que tener en cuenta que, al contrario de lo que muchos piensan, el entorno de la piratería es un nicho que está en constante evolución, algo que es inevitable debido, entre otras cosas, a la constante guerra entre estos s y portales de enlaces y descargas, y los diferentes con Kodi y add-ons ilegales tan de moda últimamente y que, como muchos ya sabréis, no utilizan en absoluto un navegador web de ningún tipo para acceder a contenidos multimedia.
De hecho estos estudios demuestran que especialmente en los últimos meses se ha producido un crecimiento masivo en el uso de este formato de productos, todo dentro de las múltiples plataformas, tanto móviles como de escritorio, que el mencionado software permite. Esta es una de las principales razones por las que los grupos que luchan contra el consumo de productos sujetos a los derechos de autor, se están viendo en la obligación de cambiar en buena parte sus modos de funcionamiento para adaptarse a estos nuevos movimientos relacionadas con la piratería.
De lo que no cabe duda es de que las tendencias de los s habituales de estas prácticas están «modernizando» sus modos de uso adaptándose a los tiempos que corren.