AMD ha decidido que ya es momento de cambiar de política en sus procesadores, y este mes anunció que su nueva arquitectura Zen va a estar disponible a partir del año que viene, y que van a empezar a ofrecer procesadores de elevado rendimiento, pensados tanto para ordenadores como para servidores, donde Intel tiene el monopolio a efectos prácticos.
Zen es una arquitectura que AMD lleva planificando cuatro años, y tiene dos objetivos en mente: ofrecer la máxima potencia de procesamiento, manteniendo un consumo relativamente bajo. Esta última arquitectura viene a suceder a Excavator, que fue lanzado durante el año pasado, y que vendrá a ser un 40% más rápida. En comparación, las generaciones de procesadores de Intel mejoran alrededor de un 10% a sus predecesores.
También introducen los núcleos de doble hilo, con el fin de mantener un mejor consumo sin sacrificar el rendimiento. Han reducido el tamaño de la caché L2 a 512 KB, y han aumentado el de la L3 a unos rumoreados 8 MB, siendo más rápida que la encontrada en chips anteriores. Por último, se ha mejorado la velocidad en las tareas mono y multinúcleo gracias a tener unas unidades de procesamiento flotante mejoradas.
Los procesadores Zen llegarán primero a los ordenadores gaming de alta gama a principios del año que viene, llegando posteriormente a servidores y por último a portátiles. Los habrá de entre 8 y 32 núcleos, e incluso para servidores se podrán montar hasta cuatro procesadores de 32 núcleos.