Apple es una de las muchas empresas que hace ingeniería fiscal para tributar menos impuestos en España. La trampa está en que, si vende un iPhone por 600 euros en España, sólo tributa 60 euros, ya que el terminal lo ‘compra’ la propia empresa a su filial de Irlanda por 540 euros. De esa manera sólo tributa una pequeñísima parte del teléfono en nuestro país.
Esto no ha gustado en Bruselas, y la Comisión Europea ha amenazada a Apple varias veces con multarla si lo seguía haciendo, y parece que esas amenazas han tenido dado su fruto.
En 2014, Apple pagó 3,8 millones de euros en concepto de Impuesto de Sociedades. En 2015, Apple Marketing Iberia, y Apple Retail Spain (las dos filiales en nuestro país, facturando la segunda el 90% del total de Apple en España) pagaron un total de 6,5 millones de euros en concepto de impuesto de sociedades, lo que supone un 70% más con respecto al mismo periodo en el año anterior, envuelto en una sombra de dudas por futuras multas.
La Comisión Europea está a la espera de tomar una decisión y obligar a Apple a pagar, según ha calculado Bloomberg, 7.100 millones de euros en concepto de impuestos atrasados, por lo que las técnicas de ingeniería fiscal que aplica en la actualidad podrían servirle de poco.