Para conectar nuestros dispositivos, tenemos que utilizar un adaptador para el USB que viene con cada dispositivo, o asegurarnos de tener el dongle Bluetooth adecuado para utilizar, por ejemplo, un mando. El propio mando de la Xbox One necesita de un dongle específico para funcionar en los ordenadores.
Esto probablemente va a acabar, al menos con los productos de Microsoft, a raíz del nuevo anuncio de la compañía de Redmond. A partir de ahora, Microsoft ha afirmado que instará a los fabricantes a incluir en las placas base un chip propietario de Microsoft para conectar inalámbricamente los dispositivos. Gracias a esto, podremos disfrutar de mejor compatibilidad con los dispositivos, y no tener que andar conectando dongles.
Acompañando a este anuncio, Lenovo ha presentado su ordenador de sobremesa premontado, el Lenovo Y710 Cube, que será el primer ordenador en incluir el sistema en su interior, aunque en el chasis eso sí, nada de la placa base todavía.
Con este estándar, Microsoft da un paso más en su deseo de unificar ecosistemas entre Windows 10 y Xbox One, y luchar contra un mercado que está segmentado en la actualidad a la hora de ofrecer periféricos para PS4, Xbox One y PC, ya que la PS4 utiliza directamente Bluetooth. La Xbox One S incluye, por fin, Bluetooth, mientras que su anterior versión lo hacía y dependía de esta conectividad propietaria.
De cara al futuro, los conectores propietarios, ya sean físicos o inalámbricos, no han tenido demasiada popularidad, sobre todo si además de tener que añadir un chip específico para él, hay miles de dispositivos ya compatibles con el Bluetooth. Veremos si se cumplen las intenciones de Microsoft de que los fabricantes de placas base como Gigabyte, ASUS, Asrock o MSI incluyan este chip entre sus circuitos. No estaría mal un futuro con una conectividad sin retraso en la que pudiéramos olvidarnos de los cables y enchufes en los dispositivos, necesitando sólo el de la corriente y el de vídeo.