El micro USB vino en un momento en el que había decenas de conectores propietarios para cargar los teléfonos. Por suerte, el micro USB se estandarizó contra toda esa maraña de cables, y en un mismo conector pudimos tener por fin carga y transmisión de datos. El nuevo USB Type-C es el sustituto de este popular cable con muchas mejoras, como mayor potencia de carga o conector reversible.
El problema del USB Type-C es que cada fabricante que lo utiliza para su dispositivo utiliza voltajes y potencias distintas. Además, esta información no está expresada de la misma manera en los distintos cargadores, confundiendo al consumidor, y pudiendo poner en peligro su dispositivo si usa un cargador inadecuado.
La falta de estándares adecuados también ha generado problemas con los propios cables USB Type-C. Antes de comprar un cable, debemos asegurarnos de que lleve el logo de certificación de USB del USB-IF.
Con esto, el USB-IF espera también lograr dos objetivos extra: reducir los residuos tecnológicos al hacer necesario utilizar menos cargadores, y por otro lado que los consumidores tengan que comprar menos cargadores para sus diferentes dispositivos, y así cuando vayamos de viaje podamos utilizar el mismo cargador para varios dispositivos con total seguridad, haciendo valer esa famosa frase de Apple de ‘It just works’ (simplemente, funciona).
De momento, os recomendamos comprar cables USB Type-C originales o de marcas reconocidas, y evitar comprar cables y cargadores chinos que puedan poner en peligro no ya solo tu teléfono, sino tu propia integridad.