El monte Everest es el pico más alto del planeta, con una altura de 8848 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra en la cordillera del Himalaya, y debido a su altitud, es una de las montañas más difíciles de escalar por la falta de oxígeno (el K2, a pesar de tener menos altitud, es más agreste, y más complicado a nivel físico). A pesar de lo difícil de su , cuenta con Internet. Pero, ¿cómo llega hasta allí?
Primero hay que recalcar lo importante que es tener conexión a Internet en un sitio así. Además de en el pico, hay Internet en los campos base. Esto sirve para poder conocer información meteorológica, clave para saber cuándo es el mejor momento para ascender a la cima. Para comunicar cualquier emergencia, se suele utilizar la radio, las cuales son ahora más pequeñas y fáciles de transportar, en comparación con las radios de 5 kilos que Edmund Hillary utilizó en 1953 cuando su equipo alcanzó la cima por primera vez.
A partir de mediados de los 90 llegaron los primeros montañeros con teléfonos vía satélite, los cuales pesaban alrededor de 6 kilos y tenían el tamaño de dos ordenadores portátiles. Estos teléfonos permitían obtener información en tiempo real sobre la meteorología de la montaña en los campos base, aunque las previsiones en aquel entonces eran muy imprecisas, y hoy día siguen siéndolo debido a las condiciones impredecibles de la montaña.
El primer servicio de Internet estuvo disponible a partir de 2003, cuando en el campo base del Everest, a 5364 metros de altura, pusieron una tienda de 60 metros cuadrados con portátiles conectados vía satélite, a 2.500 dólares de tarifa plana durante la duración de tu expedición, o 1 dólar el minuto. Debido a conflictos políticos ajenos, este sistema fue retirado al año siguiente.
Everest Link
No fue hasta 2012 cuando el mismo grupo que ofreció la conexión en 2003 decidió crear Everest Link debido a la gran afluencia de turistas que había en la montaña, y empezó a ofrecer el servicio en 2014. La red de Everest Link cubre 100 kilómetros de distancia, desde Lukla (donde se encuentra el aeropuerto en el que aterrizan los alpinistas) hasta la misma cima del Everest, pasando por todos los campos base.
Estos puntos de repartidos en estos 100 kilómetros ofrecen conexión Wi-Fi, y están conectados entre sí por repetidores que se comunican entre sí como si fueran antenas de telefonía normales a través de radiocomunicaciones por microondas. Estos puntos forman parte de una red troncal que se encuentra en el norte de India.
Las conexiones por satélite costaban 7 dólares el MB antes de que llegara NCell, cuyas tarifas ofrecen llamadas a 2 céntimos el minuto o 1 céntimo el MB.
Si quieres tener una buena conexión 3G, donde mejor cobertura se coge es en la cima del Everest, según afirman los alpinistas. Uno de ellos comenta que cuando se iba acercando a la cima, le entraron todos los mensajes y correos electrónicos, al recibir cobertura de NCell en la cima. Esto es debido a que la cima tiene visión directa con las antenas, y el campo base no.
Usos sociales
Otra de las ventajas que tiene es que con un smartphone se puede seguir la ruta por GPS, e ir enviando constantemente tu posición. El primer tweet mandado desde la cima del Everest fue realizado por Eric Larsen desde un teléfono satélite en 2010, mientras que el primero utilizando cobertura 3G fue realizado por Kenton Cool, con un Galaxy S2 en 2011.
Eric Larsen@ELexploreEverest summit! -Sent with @DeLormeGPS Earthmate PN-60w15 de octubre, 2010 • 09:07
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Kenton Cool@KentonCoolEverest summit no 9! 1st tweet from the top of the world thanks to a weak 3G signal & the awesome Samsung Galaxy S2 handset! @samsunguk06 de mayo, 2011 • 02:27
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Después del terremoto que asoló Nepal el pasado año, tanto la red Everest Link como la red de cobertura de NCell cayeron, haciendo posible sólo la comunicación vía satélite para que los alpinistas pudieran comunicar que se encontraban con vida. Por ello, a pesar de que hayan avanzado mucho las conectividades terrestres, siempre es bueno depender de comunicación satélite en este tipo de expediciones.
La comunicación en redes sociales permite a los alpinistas escalar la montaña mediante patrocinios, que de otra manera les impediría escalar la famosa montaña. A pesar de todo esto, hay quien abusa de Internet en zonas cercanas a la cima, y banalizan con el asunto. La popularidad del Everest hace que en la época de mejor tiempo haya incluso colas para alcanzar la cima, obligando a que la gente espere en momentos en los que un minuto más puede acabar con tu vida si te quedas sin oxígeno.
Algunos alpinistas aprovechan para hacerse selfies en el camino, subirlas a Instagram y charlar tranquilamente sobre qué filtros usar, mientras corren un serio riesgo de sufrir una hipoxia. Además, se pierde la desconexión del bullicio mediático que ofrece el alpinismo, el senderismo y la escalada. Si quieres narrar la aventura y disfrutar de ella, es mejor comentar en redes sociales al final del día a modo de diario, en lugar de ir haciéndolo en directo.