Los s habituales del sistema operativo de Microsoft, Windows, ya estamos acostumbrados desde hace años al, más frecuente de lo que nos gustaría, mensaje que dice que un determinado programa, componente hardware o servicio «dejó de funcionar, Windows está buscando una solución al problema».
A quién no le suena este mensaje, desafortunadamente, a todos, sin embargo lo cierto es que cuando aparece en pantalla, la mayoría de las ocasiones albergamos la esperanza de que realmente el sistema vaya a solucionar el problema que repentinamente ha aparecido, aunque en el fondo sabemos que eso no se va a producir. Esa mínima esperanza la albergamos debido a que confiamos que el sistema sea lo suficientemente «listo» para arreglarse a si mismo, pero esa tarea es mucho más complicada de lo que nos pensamos, de ahí las pocas veces que Windows es capaz de encontrar un final feliz por si mismo.
Hay que reconocer que en realidad el sistema no nos está mintiendo, ya que en ningún momento nos afirma que vaya a solucionar el problema con el componente, programa o función propia, sino que lo único que nos asegura es que «está buscando». Por lo que podemos entender, ese proceso de búsqueda se centra en que el sistema operativo se está poniendo en o con algún servidor de los de Redmond en busca de algún inconveniente igual o parecido que Microsoft tenga almacenado para poder darle solución. Pero claro, el número de alternativas y entradas entre las que tiene que realizar la búsqueda, como podemos imaginar, es enorme.
buscarnos la vida» por nuestra cuenta.