La experiencia de se ha convertido en un punto muy importante tanto para las empresas como para los internautas. Si una web no carga o tarda demasiado, los s no volverán a consultarla y eso se traduce en pérdida de clientes que son muy difíciles de volver a recuperar. Aquí entran en juego las CDN.
Este tipo de problema se produce por varios motivos, sobre todo en las páginas web que tienen mucho tráfico cuando todos los s intentan acceder a ellas. Y es aún peor para aquellos que se encuentran telemáticamente más lejos de las máquinas (llamadas comúnmente “servidores de origen”) que sirven la página web. La solución pasa por redistribuir el contenido a través de una red de distribución de contenidos o CDN (Content Delivery Network).
Imaginemos un situado en Miami que solicita un contenido de vídeo en Madrid. En cada conexión al vídeo, sin CDN, la petición recorre un trayecto muy largo, ocasionando lo que se llama buffering o pantalla en negro al tardar en cargar. Por el contrario, con una red de distribución de contenido como es la empresa española Transparent CDN, el vídeo se sirve desde el nodo situado en Miami, por lo que se carga más rápido y sin apenas retardo.
Las medios de comunicación son s naturales de las CDN y prácticamente el 100% usan alguna o varias de ellas para sus servicios. Por otro lado, la capa de seguridad permite a las empresas que no tienen recursos tecnológicos suficientes añadir una barrera natural protectora para su negocio. Por ejemplo, en tiendas o eCommerce, donde es tan importante la seguridad.
En definitiva, la utilización de una CDN es una apuesta segura, ya que permite acelerar la carga de las páginas, mejorar los tiempos de respuesta y la experiencia de a la vez que se ahorra en costes para la web.