Si tenemos un sistema operativo Windows y usamos el navegador Google Chrome, esto podría reducir las horas de autonomía de las baterías de los portátiles. Además, se produciría una ralentización general del sistema debido a un fallo que afecta a la gestión del sistema de ciclos del reloj interno.
A esta conclusión han llegado en Forbes tras comprobar como Google Chrome hace un mayor gasto de energía al realizar diferentes procesos, en comparación con el mismo uso realizado en otros exploradores web como Mozilla Firefox o Internet Explorer. El popular navegador de Google – el segundo en número de s a nivel mundial-, realizaría un mayor consumo de energía que sus competidores, al establecer un sistema de ciclos de reloj más frecuente (clock tick rate). Esto es algo que la gran mayoría de s no tiene en consideración y es por ello que de momento desde Google y Microsoft no han encontrado una solución al respecto.
Las primeras quejas en este sentido llegaron alrededor del año 2010, en aquel entonces ya se detectó como al cerrar la tapa e hibernar o suspender más a menudo para igualar el consumo. El caso del navegador Chrome es especialmente singular, ya que algunas personas que utilizan Gmail o Google Drive suelen tener en ejecución el explorador durante bastante tiempo.
Los sistemas operativos que utilicen tecnología tickless para ahorrar energía –los sistemas Linux y Mac hacen uso de ella- no se verán afectados por este problema. El uso de otros navegadores tampoco modifica los ciclos a 1.000ms de forma permanente. Únicamente lo hacen cuando se ejecutan procesos en pestañas que así lo requieran, pero en el caso del explorador de Google, esto sucede desde que se inicia hasta que se cierra por completo.
De momento solo se puede esperar a que desde Microsoft o Google tomen cartas en el asunto. La empresa del famoso buscador ha declarado recientemente ser consciente del problema por lo que puede que la solución no tarde en llegar.